sábado, 26 de noviembre de 2011

Tacones



Lo que toda mujer debe saber sobre los heels,high heels o tacones,zapatos de tacón


Que mujer podría vivir sin aquella prenda que le da la distinción y la altura necesaria para sentirse glamorosa, sexy, y elegante. En esta ocasión nos explayaremos un poco sobre el tema de los “Heels” o más conocidos como “tacones altos” o “zapatos de tacón”, los cuales tienen la ya conocida función no sólo de interrumpir el camino al cine con la dama que nos acompaña y los ve en una reluciente vitrina del centro comercial, sino también de elevar los talones de los pies a la altura deseada para incrementar el largo de las piernas, y así estilizar la imagen de la dama que los luce puestos.
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Existen infinidad innumerable de diseños y tipos de tacón en el mercado universal, pero solo unas pocas clases de estos disponibles y que varían según el tipo de gusto y necesidad de su adquiriente. Su definición también varía según la altura de estos, ya que un tacón por debajo de los 6cms es considerado por los expertos de la moda como un “tacón bajo”; uno que tenga entre los 6cms y 8.5 cms es conocido como un “tacón mediano”; y, cualquiera de estos que tenga un taco superior a los 8.5 cms ya es considerado como un “tacones altos” o “high heels”; los tacones que son extremadamente altos no son de uso común, y es conocido que mayormente solo son comprados o diseñados por personas con gusto por el fetichismo, y con el único fin de ser exhibidos más no utilizados. Dentro de los tipos de “heels” tenemos los tacones de aguja o más conocidos como “stilletos”, los pump, los block, tapered, blade, wedge, y los tacones que vienen en algunas clases de botas tipo “cowboy”.

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Su aparición se remonta al siglo XV, donde los tacones eran empleados en las botas de la época para poder encajar el pie en el estribo al momento de realizar maniobras ecuestres, lo cual era muy común en aquel entonces.
En la actualidad, que colección de moda no tiene diferentes tendencias de zapatos femeninos de tacón, o que mujer no tiene un par de “heels” en el armario listos para lucir con un vestido atrevido y sexy, o con el atuendo de oficina. Se han vuelto un accesorio imprescindible para la mujer moderna 
¿ que opináis chicas?…



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Historia del calzado



Perdido en el tiempo, hace unos quince mil años, o quizás más, un cavernícola quiso proteger sus pies del hielo que los hería y casi le impedía pisar y caminar.
Pies protegidos
En una demostración clara de su capacidad para improvisar, inventar o solucionar problemas, se le ocurrió envolver sus pies con una pedazo de piel animal que tenía a mano. Lo hizo y amarró la piel con una especie de cordel de que disponía.
Con su cómoda y protectora recién creada "pantufla" pudo salir a la intemperie sin importar el frío. El concepto de calzado había nacido.
Después mejoró la calidad de ese invento protector y utilizó materiales más firmes, como el cuero endurecido o algunas fibras vegetales resistentes.
La historia del calzado, así iniciada, nos lleva a España y Francia donde, en pinturas rupestres de la época magdeleniense de hace unos catorce mil años, encontramos las primeras noticias gráficas  de su uso.
Si de testimonios físicos se trata, la pieza de calzado más antigua que se conoce, en buen estado, son unas sandalias confeccionadas en paja trenzada o en láminas de hoja de palmera, procedentes del antiguo Egipto.
Un "zapato" para nieve
Conforme la especie humana evolucionaba, el calzado también evolucionaba y se le fueron añadiendo otras funciones a la original de protección y aislamiento como son la social y la estética.
Existen modelos del calzado de civilizaciones antiguas, tales como los egipcios, chinos, vikingos, y de aborígenes. Sin embargo, con el paso del tiempo, el poblador rico y el influyente comenzaron a distinguirse por la artesanía y la decoración que caracterizaban a sus zapatos.
Históricamente, los soldados romanos no llevaban zapatos ni ningún tipo de calzado específico, de acuerdo con los parámetros de entrenamiento y fuerza que estos debían desarrollar. Más tarde, cuando se institucionalizaron las celebraciones en el Circo, utilizaban una plantilla de piel y cuero en bruto para correr y desplazarse por toda la arenilla. Los zapatos amarrados a las piernas se convirtieron en piezas claves de los trajes romanos.
Hasta finales del siglo IV, la sandalia es el calzado por excelencia y fue sustituido por el calzado rudo, confeccionado con pieles de animales, de los bárbaros.
Pantufla moderna
La siguiente transformación importante no llegó hasta el siglo VII con el advenimiento de los carolingios que usaron todo tipo de polainas que dejaban al descubierto los dedos.
Pero los diseños de los primeros zapatos no siempre fueron funcionales y cómodos. Los primeros zapatos usados en la Europa moderna, se vieron en las cortes francesas, en los siglos XIII y XV. En los siglos XVI y XVII eran anchos y planos, poco adecuados para caminar.
Otros modelos tenían el talón tan alto y estrecho, que no solamente el desplazarse era difícil sino que su peso originaba dolores en los tobillos. Este modelo creó más tarde los zapatos con "plataforma", populares a partir de 1970.
De todos modos, los modelos de zapatos usados antes de 1600 eran incipientes y simples. Las plantillas que protegían los pies eran hechas de corcho, cuero o piel. Para sujetar correctamente la plantilla al pie, los fabricantes utilizaban clavos y metales.
Mocasín
En cuestión de calzado, es indudable que cada persona tiene sus propios gustos. Según las tradiciones chinas, los pies pequeños son de princesa.
Para princesas y plebeyas el calzado se ha convertido hoy en día en un elemento esencial de la moda. Unos buenos y finos zapatos embellecen un traje, o, por el contrario, unos toscos y feos lo desacreditan.
En el mercado de la moda existen modelos y moldes de zapatos y calzado de todos los estilos y para diferentes ocasiones. Los hay finísimos y delicados, como las zapatillas del ballet. En cuero, materiales sintéticos o en gamuza, para vestir de gala o para descansar en casa.
El mocasín moderno se deriva del zapato original adoptado en climas fríos por los indios, los esquimales y los siberianos norteamericanos, y de ese mocasín indio, que a su vez es copia del sistema usado por los primeros hombres, renació la útil pantufla. (Ver Calzado antiguo).
Las pantuflas son llamadas también babuchas, que era un zapato ligero y sin tacón usado por los moros ya en el siglo XII.
Dos modelos de modernas babuchas
Hoy en día se define pantufla o pantuflo, como una "chinela o zapato sin oreja ni tacón que, para mayor comodidad, se usa en casa".
La definición habla por sí sola. El antecedente más reciente de la pantufla es, entonces, la chinela, una zapatilla ligera, de descanso, que se usaba en el siglo XIV.
El diseño de la chinela se jerarquiza de acuerdo a los materiales de uso, como tejidos tecnológicos, laminados brillantes, tules, transparencias y accesorios.
El nombre deriva del italiano cianella,  una variante dialectal del también italiano "pianella", que es un diminutivo tanto de piano como de plano o llano.
Pantuflas de material muy liviano
Como vemos, nuestra fiel pantufla tiene su historia. No podemos decir que alguien la "inventó", pero su presencia en nuestras vidas está íntimamente ligada a la interesante historia del calzado, que estamos conociendo.
En el curso de esa historia, el zapato y los materiales que lo forman han evolucionado. En su confección se han empleado metales, pieles (algunos sin curtir o con pelo), hojas de palmeras, maderas de diferentes tipos, sedas, bordados y una larga lista de materias diversas.
Durante la Edad Media se impone "la moda" de los zapatos acabados en punta, quizá por influencia oriental a través de las cruzadas. Pero las puntas fueron creciendo de tal forma que apareció el zapato de punta retorcida, que se convirtió en un claro atributo de clase.
Tacones de moda
El Renacimiento impuso, como ocurre normalmente con la moda, la tendencia totalmente contraria; zapatos exageradamente anchos, llamados "patas de osos" o "morros de vaca". También corresponden a este periodo los chapines, predecesores de los zapatos de plataforma de fines del siglo XX.
A finales del siglo XVI y principios del XVII apareció el tacón cuyo origen tiene, al parecer, una razón práctica ya que afirmba a los estribos las botas de montar. Sin embargo, esta función práctica fue cayendo en desuso y el tacón se incorporó al calzado femenino como un elemento puramente estético, y variando formas y altura se ha mantenido desde entonces hasta nuestros días.
Durante el Barroco, el zapato adquiere todas las influencias estéticas del momento, con una marcada preferencia por las líneas curvas, la seda, el terciopelo, los bordados, bucles y bridas.
Los franceses llamaban brodequins pointus y después á la poulaine, a una especie de zapatillas puntiagudas, hechas con pieles y telas traídas de Oriente.
Botas al final del siglo XX
Pero la Revolución Francesa acaba con todos los símbolos de la aristocracia y los ciudadanos calzan simples zapatos planos.
Durante el Consulado y, por supuesto, durante el Imperio, los zapatos van recuperando sus adornos. Escarpines y borceguíes se usan junto a las cómodas pantuflas, con cueros de colores y cintas de seda.
Con Luis Felipe II, la moda en los trajes femeninos, que acentuaba el busto, trajo de nuevo los tacones. Los hombres optan por la simplicidad y usan la botina que durará prácticamente un siglo.
A partir de ese momento, como ocurre con la moda en general, todo sucede de modo rápido. Botas con botones, botas atadas, nuevos materiales, diferentes tipos de calzado acorde con diferentes tipos de actividades.
Zapato hecho a mano
Hacia mediados del siglo XIX la fabricación del calzado se industrializa, aunque, por su estandarización, no consiguen la calidad del calzado artesanal. El zapato "hecho a mano" sigue siendo sinónimo de calidad.
Tan serio e importante es el tema del calzado que tres científicos checos quisieron probar personalmente cómo caminaba la gente en la Edad de Piedra con el calzado que fabricaban con pieles de animales, heno y corteza de árbol. Para ello, utilizaron réplicas de las botas del llamado "Hombre de los Hielos", hallado en los Alpes en septiembre de 1991